¡DEJA DE SER INDISPENSABLE!




El ser docente radica en el cómo educar a nuestros alumnos para que lleguen a ser miembros productivos de la sociedad. Sin importar la materia que impartamos, o el área de especialidad a la que nos enfoquemos, nuestros educandos deben ser competentes para la vida.

El problema radica en que nos sentimos indispensables para ellos, y con esto los hacemos totalmente dependientes a nosotros, lo que en el argot de la docencia conocemos como que la enseñanza gira en torno al maestro y no esté centrada en el alumno.

He aquí algunas concepciones equivocadas que pretenden justificar nuestras acciones en relación a sentirnos absolutamente necesarios al educar y no permitir que las personas que formamos no sean completamente funcionales y competentes para la vida.  

Competencias para la vida
Justificaciones “educativas” que impiden desarrollen dichas competencias

Deben ser capaces de expresar ideas y opiniones respetando la libertad de expresión de cada individuo.  
Controlamos los contextos y los temas sobre los que los alumnos pueden hablar. Terminan siendo incapaces de expresar sus ideas y opiniones de manera respetuosa en el mundo real externo al salón de clases.

Deben ser ciudadanos del mundo, respetando la multiculturalidad y la diversidad.
Fomentamos un patriotismo apasionado, por lo tanto, no les interesa conocer otros lugares en el mundo, aprender otros idiomas y  sobre otras culturas y sus individuos.

Deben ser capaces de administrar su tiempo y establecer prioridades.
Les recordamos todo el tiempo que deben hacer sus tareas y cuándo hacerlas, por lo tanto, no saben jerarquizar actividades, manejar sus tiempos o cumplir con fechas límite sin que se los estemos recordando.

Deben ser capaces de contribuir a la productividad de una sociedad, agregando valor a la misma.
No les pedimos que se involucren en el proceso enseñanza-aprendizaje, ni que tomen decisiones al respecto. No saben satisfacer sus propias necesidades, ni las de los demás o hacer lo que les corresponde por el bien general.
Deben ser capaces de manejar conflictos interpersonales.
Intervenimos rápidamente para resolver malentendidos y aplicamos disciplina desmedida y no saben cómo lidiar y resolver conflictos sin nuestra intervención.

Deben ser capaces de desarrollar resiliencia.
Intervenimos cuando las cosas se ponen difíciles, extendemos plazos y hablamos con los padres para todo, y no aprenden que a lo largo de la vida las cosas no siempre suceden como ellos desean y que a pesar de ello estarán bien.

Deben ser capaces de ser independientes en todas las áreas de su vida.
No fomentamos un sentido de responsabilidad para completar tareas, responsabilidad ante sus acciones, ni les enseñamos a apreciar el valor de la educación y lo importante que es para convertirlos en personas autónomas en el futuro.

Deben ser capaces de tomar riesgos.
Les preparamos la clase para que no tengan contratiempos, por lo tanto no comprenden que el éxito se obtiene solamente después de intentar, fallar e intentar nuevamente (entereza) o curtirse cuando enfrentan y resuelven adversidades (resiliencia)


¿Cuáles de estas justificaciones han aplicado en su enseñanza?



Les dejo esta frase para reflexionar:

“El arte de ser docente es dejar de ser indispensable para tus alumnos lo antes posible...

Abdel Jacobo Vázquez
Calentando La Silla


Comentarios

Entradas populares