LAS 13 DISCULPAS QUE COMO DOCENTE ESPERAS ESCUCHAR
Aunque considero que nuestra profesión
es de mucha entrega y pasión por la enseñanza, también hay situaciones que no
podemos controlar y que de vez en cuando nos desmotivan.
Un gran porcentaje las
situaciones adversas que vivimos son producto de actos cometidos por personas
con quién nos relacionamos en nuestra actividad laboral.
Hace tiempo que había querido
compartir este post. Sé que puede ser
algo egoísta el pensar que nos merecemos explicaciones y disculpas de todo lo
que sucede a nuestro alrededor, pero se vale soñar.
Por ello, que sin afán de que
suene a que no disfruto ser docente; les comparto algunas de las siguientes disculpas
que no me caerían nada mal y que me harían muy feliz.
Disculpa no haber hecho la
tarea, entiendo que es mi responsabilidad y no hay excusa que pueda inventar
que sustituya el trabajo que debía haber entregado.
Disculpa el no poner atención y
distraerme con mi celular. Considero que es una falta grave de respeto estar
consultando mis mensajes a cualquier oportunidad durante la clase.
Disculpa por esperar todo de
ti, y no me quiera esforzar por hacerme responsable de mi propio aprendizaje.
Disculpa por llegar tarde e
interrumpir tu clase.
Disculpa por no hacerme
corresponsable del aprendizaje de mi hijo.
Disculpa por mandar a tu clase
a mi hijo sin los materiales mínimos para lograr los objetivos que te has
planteado.
Disculpa que te atiborre de
trabajo administrativo y aun así espere logres la excelencia académica en tus
alumnos.
Disculpa por pedir tu
planeación y no tomarme la molestia siquiera en leerla.
Disculpa por suponer que si en
tu clase los alumnos se divierten no tienes control de grupo.
Disculpa que te exija
resultados y no te de los recursos mínimos para lograrlos.
Disculpa que tienda a generalizar
tu trabajo. Entiendo que si un alumno no llega a los aprendizajes esperados no
es que seas un mal maestro.
Disculpa por no invitarte a la reflexión,
ni proveer la capacitación necesaria para tu desarrollo profesional.
Sobre todo,
disculpa por no promover el diálogo
contigo, para comprender lo que se requiere para hacer lo que tus haces, así
como conocer tus necesidades, tus sueños y aspiraciones.
La cuestión es fácil: el día que nos pongamos en los zapatos del
otro – seamos más empáticos-, lograremos corregir todo por lo que en este
momento debemos disculparnos.
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