EL SINDROME DEL MAESTRO AGOTADO





La mayoría de todos los que nos dedicamos a la docencia, estamos gozando o a punto de gozar de un receso vacacional durante el verano. Es un periodo el cual esperamos con ansia para poder disfrutar de unos días de descanso y tiempo con la familia; así como reponernos y prepararnos para iniciar un nuevo ciclo en el mes de agosto.

Si bien es cierto que amamos nuestra profesión, y adoramos estar frente a grupo enfrentando los retos del día al día; no hay duda que hacia el final del ciclo escolar estamos mental y físicamente muy cansados. Las semanas nos parecen más largas, los alumnos nos parecen un poco más inquietos de lo normal y cualquier tarea que nos asignen nos parece fastidiosa. Peor aún, cuentas las horas esperando que la fecha de inicio de las vacaciones sea mañana.

Esto es el síndrome del maestro agotado. Nos mostramos más irritables de lo normal y lo único que queremos en la vida es que nuestros alumnos estén tranquilos como estatuas, o mínimo que se comporten mejor y sobre todo que trabajemos muy agusto en estas últimas semanas. Llegamos a casa y solo queremos dormir, queremos olvidarnos de la planeación, los exámenes, las juntas de consejo, los padres de familia, las tareas, etc.

!!Estamos al borde de la locura!!




Paciencia. Respira hondo. Por más lejos que parezca la fecha de término de ciclo sabes que algún día llegará. Si bien es útil pensar todo el tiempo en que tienes que hacer las reservas para gozar unos días fuera de tu ciudad, y en comprarte ropa linda para tal viaje; recuerda que puedes hacer mucho más que eso.

Es por ello me gustaría compartir contigo algunos tips para estos días de esquizofrenia y, sobre todo, que lo puedes hacer para regenerar tu cuerpo y mente en las semanas de receso escolar.



Intenta cosas nuevas. Sabemos que estas últimas semanas de “clases” son agotadoras. ¿Porque no aprovechas para implementar esa actividad que siempre quisiste hacer y que los tiempos no te lo permitían? Vives contra reloj para cubrir los objetivos durante el ciclo escolar, y vas delegando aquellas actividades que consideras te lo pueden quitar. Pues bien, este es el momento para jugar, leer con tus alumnos, sacarlos del aula, experimentar, moverse, etc. Esto traerá novedad y frescura a tu clase, y será un ensayo para que esta actividad se vuelva parte de tu repertorio.

Practica mindfulness. Si nunca has intentado esta técnica de relajación con tus alumnos, o contigo mismo. Ahora es cuando. Puedes buscar muchos artículos en la red al respecto, y en este mismo blog he abordado algo sobre el tema. Hazlo, no lo dudes.




Date tiempo para ti. Una vez que estés gozando del periodo vacacional, una forma de tomar energía es darte aquellos gustos que normalmente no puedes darte. Ve al cine, lee, camina, practica yoga, toma un café con tus amistades. Esto traerá alegría a tu vida, y te dejarás de pensar en el día a día.

Desconéctate. No es ningún pecado el hecho de que, aunque ames enseñar y adores a tus alumnos; durante este receso te olvides de todo lo que tiene que ver con la enseñanza. Investiga sobre temas que te apasionen: cocina, plantas, remodelar tu casa, temas de salud. Siempre hay algo nuevo que aprender y el estar alejado unas semanas del trabajo te ayudará a regenerar tu mente.

Descansa. No te sientas culpable por levantarte tarde, por no hacer el desayuno o por no ir a las compras. Si te vas a la playa o al campo, busca una opción donde te sirvan y consientan, y no seas tú el que tiene que cocinar o hacer despensa. Necesitas que tu cuerpo se regenere y no hay mejor forma de hacerlo que dejarte consentir.  

Vive el momento. ¡No estés pensando en el regreso a clases! Disfruta el día a día, el tiempo con tu familia, una puesta de sol, un buen libro. Evita sentirte ansioso sobre el futuro y el nuevo ciclo escolar. Enfócate en tus sensaciones y emociones del aquí y ahora. Ordénale a tu cuerpo que deje ir todo lo que no necesita.



Es inevitable sentirnos agotados y cansados hacia el final de un ciclo escolar, pero debes sentirte orgulloso de todo lo que lograste con tus alumnos. Duérmete pensando en los logros que tuviste durante el año, y en los buenos momentos que tus alumnos te hicieron pasar.

Felicítate por dar lo mejor de ti en formar buenos ciudadanos.

¡Felices Vacaciones!






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