7 SEÑALES DE QUE ERES UN MAESTRO DEDICADO


 En ocasiones me ha dado la crisis existencial sobre si elegí bien mi profesión y si realmente debo considerarme un buen maestro. Por lo general disfruto mucho estar frente a grupo, preparar mis clases, trabajar con nuevas tecnologías y sobre todo capacitar a otros docentes. Sé muy bien que no existe la receta secreta sobre lo que define ser un buen maestro y en mi experiencia, el serlo; puede ser en muchos de los casos sinónimo de estar cien por ciento dedicado a tu trabajo.  

Pero, ¿cómo sabemos si realmente soy un maestro entregado? Antes que nada, entiéndase dedicado, como aquel docente que se esfuerza constantemente y pone toda su atención en obtener resultados de excelencia. En esta profesión esos resultados son palpables directamente en los logros de nuestros alumnos. Por ende, ¿si no somos lo suficientemente entregados, los logros de aquellos a quienes pretendemos enseñar, son mediocres? Es una pregunta difícil de responder, porqué hay quien afirma que por más que nos afanemos, hoy en día las nuevas generaciones no están dispuestas a aprender. Pero aquí la cuestión es, ¿bajo qué “síntomas” –si podemos llamarlos así- muestra un profesor algo de dedicación y entrega a esta loable profesión?

Es por ello que, a mi parecer, estas son 7 señales de que eres un maestro dedicado:

1.    Te inscribes a cuanto curso de actualización puedes. No hay taller, congreso, coloquio y similares al que no estés ansiosamente esperando asistir porque NECESITAS ser parte de ellos. El aprender de los ponentes y de otros compañeros maestros, así como informarte de las últimas tendencias de enseñanza-aprendizaje es algo básico. Por supuesto después de asistir te comen esas ganas locas de poner todo en práctica en tu aula.
2.    Absolutamente TODO en la vida es material para tus clases. Así estés en el supermercado haciendo las compras de la semana, ves aquel contenedor de plástico que te servirá para ponerle cualquier conjunto de objetos, empezando por los marcadores, hasta una gran cantidad de libros y objetos que coleccionas a tu paso, porque “algún día” te van a ser de mucha utilidad.
3.    Terminas tu día pensando en la clase de mañana. Así estés viendo tu programa favorito, en el cine, en el gimnasio, o realizando cualquier otra actividad, mentalmente estas repasando la clase del día de mañana. Qué libros o material debes llevar, qué pasará si los alumnos no entienden la lección, cuál será tu plan B y hasta configuras la alarma en el teléfono para que no dejar en casa ese juego buenísimo que les encantará a tus alumnos.
4.    Sigues TODAS las páginas que tratan sobre temas educativos. A veces me pregunto por qué sigo tantas páginas para maestros. Tiempo quisiera para poder interactuar en todas ellas, pero irremediablemente sientes la necesidad de ver qué hacen lo demás que tú puedas “robar” y aplicar en tu clase.
5.    Bajas TODAS las aplicaciones que según tú son apoyo para la enseñanza. Literal, la memoria de tu teléfono o tablet está saturada con todas las apps que crees te harán la vida más fácil al interactuar con tus alumnos.  
6.    Has visto TODAS las películas de maestros exitosos. De seguro has derramado lagrimas con esas historias donde el maestro logra triunfar después de enfrentarse a un grupo que lo odia y una comunidad que lo rechaza y, después de tanto sufrimiento lo terminan amando y le dan el premio al maestro del año. Te ves reflejado en ese personaje, y te haces el firme propósito de aprender a tocar el violín para obtener ese codiciado reconocimiento social.
7.    Tienes más fotografías en tu celular de tus alumnos que de tu familia. No resistes la imperiosa necesidad de tomar fotos de TODAS las actividades en donde tus alumnos salen muy divertidos, y por supuesto nunca debe faltar el compartirlas en tus redes sociales.

Estoy seguro que deben existir más de 7 señales para identificarte como un maestro dedicado, entregado y exitoso. Mi recomendación final sería: abraza esa pasión, no la dejes, es tuya, compártela, mímala. Es esa misma dedicación lo que te llevo a leer este blog, así es que, si te gustó, comparte alguna otra señal que has identificado en ti u otros compañeros docentes.  











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