BEHIND THE SCENES DE UNA CLASE ORDINARIA
En muchas ocasiones me han
preguntado que si dar clases es fácil. Mi respuesta siempre ha sido que el ser
maestro nunca es una tarea sencilla. Los docentes de formación recibimos una preparación
teórica y práctica sobre lo que es el aprendizaje y todos los factores que
influyen para que este se dé.
Hay tantos elementos a tomar
en cuenta en una clase ordinaria que elegir solo algunos sería totalmente
arbitrario. Pero para todos aquellos que no son maestros y que alguna vez se
han preguntado cómo es que los docentes nos preparamos para dar clases; he aquí
algunos aspectos a considerar, a mi juicio, los más importantes.
La
heterogeneidad de la clase. Nosotros debemos entender que ningún grupo
es igual a otro, y que cada uno de uno de nuestros alumnos en cada grupo es
diferente entre sí. Esto permite mucha riqueza en el trato con cada uno de
ellos, pero a la vez es una tarea complicada el conocerlos y definir las
estrategias para que lo mismo que vamos a enseñar a uno, lo comprenda el otro, de
una manera más significativa. Esto nos abre mucho la mente el entender a cada individuo
en su contexto y con su historia personal.
Objetivos
claros. De nada nos sirve el entender a nuestros alumnos si no
sabemos a ciencia cierta a donde los vamos a llevar. Tenemos que conocer el
programa de estudios al derecho y al revés, pero también debe ser muy claro
para nosotros cuál es la finalidad de dicho programa y como traducirlo en
objetivos medibles, específicos y realistas; los cuáles nos llevarán a cumplir con
el perfil de egreso del plan de estudios. Como ven, esto no es nada cómodo; porqué
al igual que un barco en alta mar, nos podemos perder tratando de llegar a un
punto sin saber cómo hacerle para “navegar” entre todos los aprendizajes
esperados.
Planear
todos los días. En lo personal considero que entregar una planeación
anual o semestral es irrisorio si tomamos en cuenta que el proceso de enseñanza-aprendizaje
es ensayo y error. Cuando llevamos a cabo las actividades que planeamos y las
cuáles pueden que sean efectivas o no, debemos modificar nuestra planeación sobre
la marcha, y el planear por sí misma se convierte entonces en un ejercicio
cotidiano. Un maestro que llega a su clase sin planear es como un piloto que
desconoce su plan de vuelo.
Retroalimentar
a nuestros alumnos. Una vez que tenemos en claro a dónde vamos, y
como le haremos para llevar de la mano a los estudiantes durante la bonita
experiencia del aprendizaje; debemos estar retroalimentando a cada uno de ellos
sobre su desempeño todos los días para corregir o elogiar. Esto requiere
disciplina, constancia y una constante revisión por parte de nosotros los
maestros.
Reinventarnos. Durante
los diferentes periodos de evaluación y el día a día puede que caigamos en la
cuenta de que no alcanzamos nuestros objetivos y de que el alumno no obtuvo el
aprendizaje esperado. Entonces tenemos que corregir, reinventarnos y empezar de
cero, como se dice coloquialmente. La enseñanza es un proceso que nunca resulta
repetitivo, y en el cuál siempre estamos auto-evaluándonos, revisando nuestros métodos
de enseñanza e intentando cosas nuevas. El ser maestro nos da la capacidad de
ser mejores todos los días.
Como pueden apreciar, el
pararse frente a un grupo e intentar enseñar requiere mucha preparación,
constancia, disciplina y enfoque de nuestra parte.
Nunca será fácil hacerlo, pero
sí puedo decirles que es por mucho; una de las mejores experiencias en la vida.
Abdel Jacobo
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